Esta noche se producirá una nueva entrega del premio Grammy, algo así
como el Oscar a la música. Y el dato sobresaliente es que la larga
lista de nominados consagra al rap como la gran estrella de esta 51ª
edición, cuya ceremonia de entrega tendrá lugar en el Staples Center
de esta ciudad.
Claro que la edición tiene otros condimentos, como la escasa presencia
latina en la transmisión televisiva y la persecución contra Coldplay
que anima el guitarrista estadounidense Joe Satriani, quien considera
que los británicos lo plagiaron. Pero vayamos por partes.
El rapero Lil Wayne es la figura que aspira a la mayor cantidad de
premios, con ocho candidaturas, y el género alumbra el ingreso a sus
30 años de vida consolidado como una de las fuerzas más poderosas de
la industria. La ceremonia le dará entonces al rap un lugar
privilegiado en el podio, pero casi nada de espacio a los latinos, que
no tendrán representación entre los anunciadores ni en los invitados a
escena durante la transmisión televisiva, que en Argentina podrá
seguirse desde el canal Sony, a partir de las 23.
El cuadro latinoamericano se limitará a los artistas considerados en
nóminas relacionadas a world music, música norteña, mejicana, tropical
o pop y rock latino.
Nominados pero invisibles, dado que la Academia de la Grabación ha
informado que la ceremonia incluirá presentaciones de músicos
consagrados, pero hasta el jueves pasado no había anunciado la
participación de ningún hispano como presentador o cantante.
codigo registro hofmann
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